01 Ago 2019
El Instituto Leloir en el Día Mundial del ARN
Desde 2018 se celebra cada 1 de agosto el Día Mundial del ácido ribonucleico (ARN), la molécula que contiene la información copiada del ADN para la fabricación de proteínas que son vitales para todos los procesos de la vida. Los roles que en sus distintas formas cumple esta estructura en procesos cerebrales, enfermedades neurodegenerativas e infecciosas y mecanismos de las plantas son estudiados en la Fundación Instituto Leloir (FIL).
Hace 16 años que el ADN – la molécula que guarda la información de nuestros genes y la de los seres vivos del planeta – tiene su propio día mundial cada 25 de abril. El ARN recién encontró su lugar en el calendario el año pasado.
Fue gracias a la inspiración de Juan Pablo Tosar, un investigador del Instituto Pasteur Montevideo que colabora con Graciela Boccaccio, jefa del Laboratorio de Biología Celular del ARN de la FIL, que el 1 de agosto fue elegido el Día Mundial del ARN. La Sociedad de RNA, una entidad internacional sin fines de lucro con más de 1000 miembros dedicados a fomentar la investigación y la educación en el campo de la ciencia del ARN, realizó una encuesta preguntando cuál sería la fecha adecuada para el Día Mundial del ARN.
Tosar contestó con humor que el día apropiado sería el 1 de agosto haciendo un juego de palabras entre August 1st (1 de agosto en inglés) y “AUG 1°” que es una secuencia triplete (codón) del ARN que actúa como señal para que la célula comience la síntesis de proteínas. La RNA Society sometió la propuesta a una votación entre sus afiliados y el 89% de los que participaron estuvieron de acuerdo.
Además de ser claves en la síntesis de proteínas, las moléculas de ARN cumplen múltiples funciones regulatorias y enzimáticas. “Y son una de las primeras moléculas pre-bióticas capaz de autoreplicarse y catalizar reacciones químicas antes del origen de la vida como la conocemos actualmente, antes de que existieran células. Por eso es –además de fascinante– sumamente importante entender la biogénesis y función de las muy diversas formas de ARN que existen en los distintos tipos celulares”, explica Boccaccio quien también es investigadora del CONICET, profesora de la UBA, una de las coordinadoras del Club de ARN de Buenos Aires e integrante de la RNA Society.
De acuerdo con Boccaccio “la investigación básica en ARN contribuye a múltiples mejoras en la calidad de vida. Hay ejemplos importantes y recientes de investigaciones dentro de este campo que han dado origen directo a terapias para enfermedades neurodegenerativas tremendas, incurables y causantes de muerte a muy temprana edad. Otro ejemplo de la relevancia de la investigación básica en ARN en un área completamente distinta a la salud humana: el desarrollo de las plantas. En nuestro país y en el Instituto Leloir varios laboratorios han desentrañado mecanismos celulares y moleculares controlados por moléculas de ARN directamente relevantes a la productividad de los cultivos.”
Hace 16 años que el ADN – la molécula que guarda la información de nuestros genes y la de los seres vivos del planeta – tiene su propio día mundial cada 25 de abril. El ARN recién encontró su lugar en el calendario el año pasado.
Fue gracias a la inspiración de Juan Pablo Tosar, un investigador del Instituto Pasteur Montevideo que colabora con Graciela Boccaccio, jefa del Laboratorio de Biología Celular del ARN de la FIL, que el 1 de agosto fue elegido el Día Mundial del ARN. La Sociedad de RNA, una entidad internacional sin fines de lucro con más de 1000 miembros dedicados a fomentar la investigación y la educación en el campo de la ciencia del ARN, realizó una encuesta preguntando cuál sería la fecha adecuada para el Día Mundial del ARN.
Tosar contestó con humor que el día apropiado sería el 1 de agosto haciendo un juego de palabras entre August 1st (1 de agosto en inglés) y “AUG 1°” que es una secuencia triplete (codón) del ARN que actúa como señal para que la célula comience la síntesis de proteínas. La RNA Society sometió la propuesta a una votación entre sus afiliados y el 89% de los que participaron estuvieron de acuerdo.
Además de ser claves en la síntesis de proteínas, las moléculas de ARN cumplen múltiples funciones regulatorias y enzimáticas. “Y son una de las primeras moléculas pre-bióticas capaz de autoreplicarse y catalizar reacciones químicas antes del origen de la vida como la conocemos actualmente, antes de que existieran células. Por eso es –además de fascinante– sumamente importante entender la biogénesis y función de las muy diversas formas de ARN que existen en los distintos tipos celulares”, explica Boccaccio quien también es investigadora del CONICET, profesora de la UBA, una de las coordinadoras del Club de ARN de Buenos Aires e integrante de la RNA Society.
De acuerdo con Boccaccio “la investigación básica en ARN contribuye a múltiples mejoras en la calidad de vida. Hay ejemplos importantes y recientes de investigaciones dentro de este campo que han dado origen directo a terapias para enfermedades neurodegenerativas tremendas, incurables y causantes de muerte a muy temprana edad. Otro ejemplo de la relevancia de la investigación básica en ARN en un área completamente distinta a la salud humana: el desarrollo de las plantas. En nuestro país y en el Instituto Leloir varios laboratorios han desentrañado mecanismos celulares y moleculares controlados por moléculas de ARN directamente relevantes a la productividad de los cultivos.”