02 Ene 2019

Científicos de la FIL arrojan luz sobre el origen de una rara enfermedad

Usando levaduras como modelo, investigadores de nuestra fundación identificaron los efectos de una mutación genética que produce un tipo de trastorno congénito de la glicosilación: una grave patología que afecta los sistemas nervioso, inmune y respiratorio. El hallazgo contribuye a comprender las bases moleculares de dichas enfermedades y podría alentar en el futuro algún tratamiento.  

La directora del estudio, Cecilia D´Alessio (der.), Armando Parodi, la primera autora del estudio, Giovanna Gallo, Emiliana Etchegaray, Ayelen Valko y Sofía Aramburu, integrantes del Laboratorio de Glicobiología de la Fundación Instituto Leloir.


Se estima que más de la mitad de las proteínas humanas están “glicosiladas”: requieren del añadido de azúcares para su correcto funcionamiento. Sin embargo, recién desde 1980 los médicos conocen trastornos congénitos del proceso de glicosilación, que pueden tener consecuencias devastadoras para los pacientes.

Un ejemplo es MOGS-CDG: una rara enfermedad congénita con pronóstico de vida corto que se manifiesta con una disminución del desarrollo neurológico, del tono muscular, de la capacidad respiratoria y del sistema inmune. Ahora, usando levaduras como modelo, científicos del CONICET y de la Fundación Instituto Leloir (FIL) aportaron “un granito de arena” a la identificación del mecanismo genético que produce los síntomas en pacientes.

El hallazgo permite comprender las bases moleculares de la patología y puede allanar el camino para el desarrollo futuro de tratamientos, se esperanzó la directora del estudio, la doctora Cecilia D´Alessio, investigadora del CONICET en el Laboratorio de Glicobiología liderado por el doctor Armando Parodi en la FIL y docente de la Universidad de Buenos Aires.

Los científicos de la FIL lograron reproducir en levaduras las mutaciones genéticas que causan esta enfermedad en humanos. Y mediante el empleo de técnicas moleculares, bioquímicas y microscopía electrónica, pudieron ver que fallas en el gen que codifica la proteína glucosidasa I (gls1) desempeñan un rol relevante en la patología.

Los resultados fueron inquietantes: los investigadores observaron que la falta de función de la proteína gls1 provoca la acumulación de proteínas con azúcares “aberrantes” o de estructura anormal que no pueden ser procesados por la fábrica celular de estas moléculas, el retículo endoplásmico. “Estas estructuras resultan tóxicas para las levaduras y su acumulación explica en parte el fenotipo (manifestación externa) enfermo”, explicó la becaria doctoral del CONICET en la FIL y primera autora del estudio, Giovanna Gallo.

Los investigadores también lograron revertir la acumulación de proteínas con azúcares aberrantes mediante la sobreexpresión de una enzima que puede “compensar” la falta de gls1. “El alivio parcial de este proceso patológico en levaduras abre las puertas para futuras terapias”, indicaron D´Alessio y Gallo. Y agregaron que el estudio también aporta información relevante para la comprensión de las bases moleculares de las enfermedades congénitas de glicosilación humanas.

El estudio fue publicado en “The Journal of Biological Chemistry”. Y también participaron Ayelen Valko, Sofía Aramburu y Emiliana Etchegaray, de la FIL, y Christof Völker, de la Universidad de Bonn, en Alemania.