29 Dic 2023
“En base a nanomedicina y terapia celular buscamos desarrollar opciones terapéuticas contra el glioblastoma, tumor cerebral para el que no hay tratamientos eficaces"
Luis E. Ibarra, investigador del Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS) del CONICET y la Universidad Nacional de Rio Cuarto, Córdoba, ganó una mención especial en la cuarta edición del Premio Fima Leloir “a la Excelencia Científica de Jóvenes Investigadores”, instaurado por Josefina Leloir, sobrina y ahijada del Premio Nobel de Química en 1970.
Se recibió de médico veterinario, pero hace investigación de vanguardia en áreas que prometen revolucionar la salud humana: nanomedicina y terapias biológicas. Luis Exequiel Ibarra trabaja en el Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS) del CONICET y la Universidad Nacional de Río Cuarto (Córdoba), donde lidera su propio grupo con el que busca desarrollar nuevas terapias oncológicas fotoasistidas basadas en nanopartículas. Su foco está puesto especialmente en el glioblastoma, el tumor cerebral más común del sistema nervioso central en adultos y una de las enfermedades más dañinas. Por la calidad de sus trabajos y las perspectivas promisorias de sus estudios, el jurado del Premio Fima Leloir 2023 decidió otorgarle una mención especial durante la ceremonia de entrega que se realizó en la sede de nuestro Instituto.
“Para mí es un gran honor recibir esta mención. Quiero destacar que se trata de un reconocimiento a un esfuerzo colectivo, porque no trabajo solo sino con un equipo de becarios e investigadores que es fundamental para poder avanzar”, señala Ibarra, quien hizo un doctorado en Ciencia, Tecnología e Innovación Agropecuaria y un posdoctorado en el área Ciencias Médicas (Nanomedicina). El científico del CONICET resalta, además, que arrancó con su propia línea de investigación en 2018, creando una nueva área dentro del INBIAS.
“Me enfoqué en el glioblastoma porque me resultó fascinante intentar comprender cómo se produce y poder desarrollar opciones terapéuticas para una enfermedad que no tiene cura ni tratamientos eficaces”, explica Ibarra.
Las características propias del glioblastoma (posee un patrón de crecimiento de tipo invasivo-infiltrativo y una amplia heterogeneidad genética), sumadas a la presencia de la barrera hematoencefálica que impide la llegada de los medicamentos quimioterapéuticos al tumor, dificultan su erradicación completa. Por eso, durante las últimas dos décadas muchos grupos de investigación se dedicaron al desarrollo y evaluación de tratamientos alternativos. Ibarra y su equipo apuntan a optimizar la respuesta de terapias fotoasistidas en modelos preclínicos de glioblastoma in vitro e in vivo, empleando novedosas nanopartículas.
“Estudiamos los subtipos genéticos de la enfermedad y estamos desarrollando una nanopartícula que puede incorporar no solamente el agente fotosensibilizante, que es la droga para ser excitada por medio de luz, sino también otras sustancias que estimulen al sistema inmunológico o sean más selectivas por las células tumorales por ejemplo”, explica Ibarra. Y añade: “Además, estamos estudiando cómo hacer el tráfico y direccionamiento de estas nanopartículas hacia el tumor dentro de células con capacidad de reclutamiento en el desarrollo de los glioblastomas (como monocitos y células mesenquimales estromales) para lograr que se activen una vez que llegan al tumor. Eso las haría mucho más directas y eficaces que la quimioterapia. Apuntamos a una medicina de precisión”, enfatiza Ibarra.
El Premio Fima Leloir se otorga cada dos años a científicos cuyo título de Doctor tenga menos de 10 años de antigüedad a la fecha de cierre de la convocatoria. Los ganadores de las ediciones anteriores fueron Emilio Kropff (FIL), Federico Ariel (Instituto de Agrobiotecnología del Litoral) y Ezequiel Petrillo (IFYBINE).
En esta oportunidad, la ganadora fue Daiana Capdevila, jefa del Laboratorio de Fisicoquímica de Enfermedades Infecciosas de nuestro Instituto, que ganó por el voto unánime de los cinco miembros del jurado, que también decidió otorgar una mención a Capella y otra a Luis Ibarra, del Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS) del CONICET y la Universidad Nacional de Río Cuarto, Córdoba.
El jurado estuvo integrado por Gabriela Pagnussat (Instituto de Investigaciones Biológicas – CONICET, Mar del Plata); Gustavo Parisi (Universidad Nacional de Quilmes); Luis Mayorga (Instituto de Histología y Embriología de Mendoza Dr. Mario H. Burgos); Ana Belén Elgoyhen (INGEBI); y Pablo Wappner (FIL).
“Para mí es un gran honor recibir esta mención. Quiero destacar que se trata de un reconocimiento a un esfuerzo colectivo, porque no trabajo solo sino con un equipo de becarios e investigadores que es fundamental para poder avanzar”, señala Ibarra, quien hizo un doctorado en Ciencia, Tecnología e Innovación Agropecuaria y un posdoctorado en el área Ciencias Médicas (Nanomedicina). El científico del CONICET resalta, además, que arrancó con su propia línea de investigación en 2018, creando una nueva área dentro del INBIAS.
“Me enfoqué en el glioblastoma porque me resultó fascinante intentar comprender cómo se produce y poder desarrollar opciones terapéuticas para una enfermedad que no tiene cura ni tratamientos eficaces”, explica Ibarra.
Las características propias del glioblastoma (posee un patrón de crecimiento de tipo invasivo-infiltrativo y una amplia heterogeneidad genética), sumadas a la presencia de la barrera hematoencefálica que impide la llegada de los medicamentos quimioterapéuticos al tumor, dificultan su erradicación completa. Por eso, durante las últimas dos décadas muchos grupos de investigación se dedicaron al desarrollo y evaluación de tratamientos alternativos. Ibarra y su equipo apuntan a optimizar la respuesta de terapias fotoasistidas en modelos preclínicos de glioblastoma in vitro e in vivo, empleando novedosas nanopartículas.
“Estudiamos los subtipos genéticos de la enfermedad y estamos desarrollando una nanopartícula que puede incorporar no solamente el agente fotosensibilizante, que es la droga para ser excitada por medio de luz, sino también otras sustancias que estimulen al sistema inmunológico o sean más selectivas por las células tumorales por ejemplo”, explica Ibarra. Y añade: “Además, estamos estudiando cómo hacer el tráfico y direccionamiento de estas nanopartículas hacia el tumor dentro de células con capacidad de reclutamiento en el desarrollo de los glioblastomas (como monocitos y células mesenquimales estromales) para lograr que se activen una vez que llegan al tumor. Eso las haría mucho más directas y eficaces que la quimioterapia. Apuntamos a una medicina de precisión”, enfatiza Ibarra.
El Premio Fima Leloir se otorga cada dos años a científicos cuyo título de Doctor tenga menos de 10 años de antigüedad a la fecha de cierre de la convocatoria. Los ganadores de las ediciones anteriores fueron Emilio Kropff (FIL), Federico Ariel (Instituto de Agrobiotecnología del Litoral) y Ezequiel Petrillo (IFYBINE).
En esta oportunidad, la ganadora fue Daiana Capdevila, jefa del Laboratorio de Fisicoquímica de Enfermedades Infecciosas de nuestro Instituto, que ganó por el voto unánime de los cinco miembros del jurado, que también decidió otorgar una mención a Capella y otra a Luis Ibarra, del Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS) del CONICET y la Universidad Nacional de Río Cuarto, Córdoba.
El jurado estuvo integrado por Gabriela Pagnussat (Instituto de Investigaciones Biológicas – CONICET, Mar del Plata); Gustavo Parisi (Universidad Nacional de Quilmes); Luis Mayorga (Instituto de Histología y Embriología de Mendoza Dr. Mario H. Burgos); Ana Belén Elgoyhen (INGEBI); y Pablo Wappner (FIL).