Durante La Noche de los Museos, grandes y chicos pudieron hacer experimentos y conocer mejor nuestro trabajo
El sábado 9 de noviembre, unas 1700 personas visitaron nuestro Instituto para disfrutar de un encuentro a pura ciencia: charlas de divulgación, una muestra fotográfica diferente y siete stands con propuestas para aprender y divertirse.
A contramano del discurso anticientífico que se propagó este año, el público volvió a demostrar que el interés por la ciencia sigue vivito y coleando: durante la última edición de La Noche de los Museos, unas 1700 personas se acercaron hasta nuestro Instituto para disfrutar de las distintas actividades preparadas por nuestros investigadores especialmente para la ocasión.
Cuando a las 19:15 abrimos nuestras puertas, los grandes y chicos que esperaban ansiosos en la vereda pudieron ingresar y observar, en primer lugar, la vitrina que exhibe verdaderas reliquias científicas: desde el cuaderno con anotaciones y dibujos de nuestro mentor Luis F. Leloir y una postal que le envió a los miembros de su equipo desde Suecia tras recibir el Premio Nobel en 1970, hasta el primer Vortex utilizado en el Instituto, construido por el propio Leloir y su discípulo Armando Parodi, anticipo de los sistemas de agitación de tubos que se usan en la actualidad. Nuestros bibliotecarios Laura Luchetti y Santiago Roca se encargaron de darles la bienvenida y contarles un poco de la historia de nuestra institución.
El recorrido siguió por el auditorio, donde los visitantes pudieron conocer de primera mano las distintas áreas sobre las que investigan nuestros 240 científicos, a través de siete stands: “Sinapsis, más rápido que Internet”; “La doble cara de los microorganismos”; “Las plantas, conquistadoras del mundo”; “Más allá del microscopio, conociendo lo invisible”; “Detectando en colores, ensamblando descubrimientos”; “Por si las moscas”; y “El desafío de copiar el ADN en un mundo caótico”.
Igual que en las ediciones anteriores, el taller interactivo para extraer el pH de un repollo fue uno de los hits, mientras que el lugar para poder tomarse fotografías disfrazados de científicos y la maqueta del laboratorio de Leloir realizada en miniatura por Laura, nuestra bibliotecaria, también fueron puntos muy convocantes. Además, generaron mucho entusiasmo las ocho charlas de divulgación, que abordaron temas tan diversos como células madre, reloj biológico, plasticidad neuronal y la transformación de virus en vacunas o como herramientas para combatir tumores, entre otros.
Este año la organización del evento estuvo en mano de dos de nuestros investigadores –Mariana Melani y Giuliano Antelo–, y contó con la colaboración y el entusiasmo del resto de los integrantes del Instituto, que trabajaron durante varias semanas para dejar todo a punto.
En nuestros laboratorios, los científicos investigan para entender los procesos que ocurren en las células y en enfermedades como cáncer, Alzheimer, Parkinson y Esclerosis Múltiple. Además, generan conocimiento básico sobre la biología de las plantas para contribuir con el sector agropecuario; y también estudian los mecanismos moleculares detrás de infecciones virales como dengue y Zika. Y durante la pandemia tuvieron un rol clave tanto en el desarrollo de los kits para detectar al SARS-CoV-2 como para entender mejor acerca de la eficacia y seguridad de las vacunas contra COVID-19.
“Gracias por tanto esfuerzo y dedicación, son un orgullo nacional”; “Hoy aprendí mucho sobre plantas, el ADN y muchas cosas más”; “Gracias por despertar la curiosidad”, fueron algunos de los mensajes que dejaron los visitantes antes de irse.
“En este momento es más importante que nunca compartir con la sociedad lo que hacemos y demostrar el impacto positivo que puede tener en el bienestar de todos”, señaló Angeles Zorreguieta, directora de nuestro Instituto. Y añadió: “Creo que logramos transmitir esa pasión que sentimos por nuestro trabajo y nos dio mucha alegría ver la curiosidad y el entusiasmo de tantas personas que nos visitaron”.