21 Feb 2025

Sumamos una cabina de bioseguridad a nuestro servicio de Citometría

Gracias al aporte de nuestros donantes y benefactores, hemos logrado incorporar a nuestro citómetro de flujo la cabina que incrementa su nivel de bioseguridad (BSL-2). Esta nueva herramienta amplía las capacidades del servicio, permitiendo ahora la investigación con patógenos de riesgo moderado.

Desde este mes, nuestro servicio de Citometría amplió las posibilidades de investigación de los grupos que trabajan en nuestra Fundación y de aquellos equipos externos que necesiten realizar estudios con un citómetro de flujo: a partir de la instalación de una cabina de bioseguridad (BSL-2), ahora también podrán trabajar con microorganismos de riesgo moderado como el virus del dengue y del Zika, bacterias patógenas oportunistas, entre otros. 

“Estamos muy contentos porque era algo por lo que veníamos trabajando desde antes de la pandemia y por diversos motivos no se había podido concretar”, celebra Andrés H. Rossi, responsable de nuestro servicio de Microscopía y Bioimágenes, del cual depende el área de Citometría.

“Gracias al apoyo constante de nuestros donantes y benefactores, desde la Fundación decidimos hacer un gran esfuerzo y afrontar la mayor parte de la inversión necesaria para sumar esta herramienta que sabemos que mejorará las posibilidades de investigación en la Argentina”, enfatiza Angeles Zorreguieta, directora de la FIL. La institución aportó el 75% del costo del equipo; el 25% restante provino por parte del Sistema Nacional de Citometría de Flujo (SNCF).

De qué se trata

Un citómetro de flujo permite investigar características como la forma y las funciones de células o partículas microscópicas. Lo hace a través de varios láseres que interactúan con las células de manera diferente según sus propiedades. Toda esa información luego se puede analizar por medio de un programa bioinformático especial. El equipo, además, tiene la capacidad de hacer “cell sorting”, que es la separación de las células en función de ciertas propiedades, lo que permite poder recolectar diferentes poblaciones celulares en distintos tubos de ensayo.

“La nueva cabina de bioseguridad que se agrega a nuestro citómetro abre el abanico de posibilidades de investigación para los grupos de la Fundación, pero también para aquellos equipos del país que requieran hacer citometrías en condiciones de esterilidad”, resume Rossi, mientras Zorreguieta concluye: “Esta historia es un gran ejemplo de cómo las acciones filantrópicas pueden hacer la diferencia y permitir avanzar a instituciones como la nuestra”.